Cultura celebra el centenario del escultor González Moreno con una exposición doble

«Año de centenarios: el de Saavedra Fajardo, el de Floridablanca y el del nacimiento del escultor murciano Juan González Moreno (Aljucer, 1908-1996)». Así definió 2008 el atareado consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, en la tercera presentación de la mañana, la de la exposición de González Moreno, Recóndito sentimiento, comisariada por el catedrático de Historia del Arte Germán Ramallo, que se celebrará entre el 24 de abril y el 9 de junio en la iglesia de San Esteban y el Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM) y que llevará aparejada la celebración de un ciclo de música, a cargo de Enrique González Semitiel, que «con toda probabilidad se celebrará en la iglesia de San Miguel», adelantó Cruz, y seminarios. Un programa complementario que se presentará próximamente.

«González Moreno me ha llevado a la pasión, es el escultor murciano del siglo XX», afirmó Ramallo tras concluir su detallada presentación de la muestra.

La escultura de González Moreno se exhibirá en dos sedes distintas. En una iglesia de San Esteban ampliada con parte de la entrada al Palacio se podrá ver su obra religiosa, en la que destaca la presencia del Descendimiento de la Cruz -«la pieza estrella, donde el artista demuestra la asimilación de los maestros del renacimiento», valoró Ramallo-, una de las obras más significativas del artista y que la Caja de Burgos adquirió en 1954. Un celebrado regreso que se completará con la presencia de otras obras religiosas como el Niño del paso Hijas de Jerusalén (1956) que sirve de imagen a la muestra, el Ecce Homo (1972) de Cieza y el de Jumilla (1942), el Cristo atado a la columna de Mula o San Pedro Apóstol (1965) de Jumilla, entre otras obras. «Aunque lo tenemos demasiado cerca y sin perspectiva, en el siglo XX han surgido artistas que igualan e incluso superan a escultores de siglos pasados, y que han sido reconocidos internacionalmente», aseguró Ramallo, que destacó de González Moreno el ser «figura señera como formador de artistas y como influencia de otros que no han podido sustraerse a su huella, pese a no ser sus discípulos». La importancia de este artista radica, según el comisario de Recóndito sentimiento, en «su apuesta arriesgada de apartarse de la arraigada tradición escultórica, que parecía que nos condenaba a no salir de ella. Hizo una creación iconográfica absoluta de temas que ya estaban muy definidos. Igual de importante fue su rechazo consciente y voluntario de la vanguardia, que conoció y dominó (se puede ver en el Rapto de Europa)», explicó Ramallo, que lo calificó como «todo un clásico y moderno».

El MUBAM, por su parte, acogerá en la sala Logia y en el vestíbulo la obra laica del escultor y la recreación del taller del artista, en el que se podrán ver algunos de los instrumentos con los que trabajaba, además de bocetos de barro, maniquíes o dibujos de apunte rápido. En esta obra laica, Ramallo destacó el amor por el desnudo en las mujeres, aunque, explicó, también se aprecia en los desnudos de los cristos depositados en los sepulcros. «Trabaja cuerpos inolvidables, de una belleza muy importante».

Entre las labores destacables de González Moreno, Ramallo destacó la importancia que tuvo para Murcia «porque estuvo muy comprometido con la salvaguarda del patrimonio en tiempos de guerra, además de por las numerosas donaciones que hizo de su obra».

Antes de concluir, Ramallo explicó que el título Recóndito sentimiento se debe a que «como artista clásico, en su obra el sentimiento está en lo hondo. Eso hace que las obras no se agoten en una sola mirada, sino que sirvan de referente a nuevas miradas, porque el sentimiento aflora desde lo más profundo».