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PINTOR. El fallecido Muñoz Barberán, en una foto de 2006. / J. LEAL
Muchas gracias
Cultura

Muchas gracias

FAMILIA MUÑOZ BARBERÁN

Domingo, 9 de diciembre 2007, 01:35

No es fácil dar las gracias a cuantos han estado estos días a nuestro lado. Sobre todo porque nuestra madre y nosotros mismos no sabemos qué agradecer más ni en qué orden, si la amistad, el cariño, la atención profesional o todo a la vez y más.

Nos acompañaron toda la semana nuestras primas y sobrinas Cano Clares, en especial Fuensanta. Llamaban y venían a vernos varias veces al día. Han ejercido, como médicos que son, siempre que ha sido necesario, de esa manera suya tan familiar para todos nosotros.

Además, a última hora todas las noches nos visitaba Carmen Antúnez, una amiga excelente y también médico especialista en alzhéimer. Estuvo con nosotros día tras día hasta el final, siempre buscando el bienestar de mi padre, confortando y aconsejando a nuestra madre, para lo que seguía discreta y concienzuda la evolución de la enfermedad, tal como lo ha hecho estos tres últimos años. Y siempre tan cercana. Nos deja un recuerdo inolvidable.

Así, es normal que nos sintamos unos privilegiados, porque gracias a todos ellos nuestro padre ha podido pasar esta última semana en su casa, rodeado de todos nosotros y, como decía uno de mis hermanos, con mucha razón, sin médicos.

Dentro de nuestro dolor y nuestra preocupación, nos satisfacía ver lo cuidado y atendido que estaba nuestro padre, siempre limpio, cómodo, hasta perfumado, cuidado hasta el menor detalle. Esto se lo debemos en parte a Antoñita, la mano derecha de nuestra madre, que ha tenido desde hace mucho tiempo una exquisita atención llena de cariño y respeto; a ninguno nos cabe la menor duda de que Antoñita es ya una más en nuestra familia.

Y también se lo debemos a Miriam, que lo ha tratado con mucho cariño.

Como si esto no fuera suficiente, nos ha seguido llegando después el calor de los amigos. Sois muchos los que nos estáis regalando estos días con rasgos, facetas, anécdotas, datos, palabras y recuerdos ya inolvidables de nuestro padre. Percibimos desde todos los ángulos un afecto tremendo, profundo, a veces conmovedor, cargado de cariño, de sinceridad y reconocimiento a su persona y a su trabajo. Para agradecer esto no hay palabras que valgan.

Tampoco olvidamos a los medios de comunicación, especialmente a La Verdad, periódico en el que nuestro padre colaboró tantos años, y a muchas otras asociaciones, instituciones y organismos públicos y privados que nos han colmado de atenciones estos días, así como a todos los que han escrito con aprecio y admiración sobre su arte.

Así las cosas, nos preguntamos qué más se puede pedir, porque encima nuestro padre ha tenido hasta el final la visita constante de familiares y amigos, como Pepe García, amigo de siempre que esta última semana ha estado comunicándose y bromeando con él cada día. Y es que al más puro estilo Muñoz Barberán, en este funeral tampoco se nos ha negado un toque de humor.

Quedamos en deuda con todos vosotros.

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