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E. J. BLASCO
Martes, 4 de diciembre 2007, 02:06
El descubrimiento de restos fosilizados de piel y tejidos blandos -músculos, tendones...- de un dinosaurio, algo muy poco habitual porque esas partes del cuerpo se pudren antes de que comience el proceso de fosilización, está cambiando algunas ideas sobre la apariencia que tenía la especie y cómo se movía. Se trata, según la National Geographic Society, de «uno de los descubrimientos de dinosaurios más importantes de los tiempos recientes».
Los restos «momificados» de parte de la cola, pata delantera y patas traseras de un ejemplar de hadrosaurio, hallado en el norte de EE estados Unidos y bautizado con el nombre de Dakota, indican que el animal tenía una parte posterior tan ancha como el centro de su cuerpo, dando lugar a una cola muy robusta. Ello aportaba una gran musculatura en torno a sus extremidades traseras, permitiéndole alcanzar un velocidad máxima de 45 kilómetros por hora, muy por encima de los casi 29 kilómetros por hora del Tiranosaurio-Rex, lo que le ponía a salvo de sus dentellas. «Para decirlo de un modo elocuente, el T-Rex simplemente corría por su comida, este animal corría por su vida», según uno de los investigadores que analizan el descubrimiento.
Piel a rayas
Los restos del Dakota fueron localizados en 1999 por un joven aventurero (15 años) en busca de fósiles, pero sólo años después los investigadores se percataron de su importancia. Paleontólogos británicos y estadounidenses han presentado ahora algunos de sus resultados preliminares. De acuerdo con éstos, el ejemplar pesaba unos 3.600 kilos y vivió hace 65 millones de años, poco antes de que todos los tipos de dinosaurios quedaran extinguidos.
Una de las novedades que supone la momia del Dakota es que ofrece con precisión el aspecto de la piel del animal, con su dibujo a base de celdas. «No es la impresión de la piel, sino la piel fosilizada. Eso es lo extraordinario», dice Phil Manning, paleontólogo de la Universidad de Manchester, que dirige la investigación. Ésta sugiere que el hadrosaurio presentaba una cubierta externa a rayas, algo similar a lo que ocurre con el tapir. También se ha establecido que el espacio entre las vértebras era mayor al estimado inicialmente.
Proteínas y otras moléculas permitirán a los científicos obtener información sobre la relación entre las aves y los dinosaurios. Recientemente, un estudio estableció que las proteína de un T-Rex eran similares a las del pollo.
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