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f. olmos
Martes, 11 de abril 2017, 10:22
La escena parece surrealista y difícil de imaginar. Una compañía aérea que, por su propio error, vende más pasajes de vuelo de la cuenta. Algo que suele ocurrir a menudo desde que reservan cierta cantidad para webs de terceros que funcionan como buscadores, pero no quieren arriesgar a dejar asientos vacíos y siempre que estiman lo hacen al alza. La solución es evidente, hay que echar gente. Alguien explica por un altavoz que se le ofrecerá una compensación a quien se ofrezca voluntario a marcharse. Nadie se levanta, todos quieren coger el vuelo.
La puja comienza por 400 dólares y una noche de hotel. Nadie. Entonces se dobla. 800 dólares y el hotel, ya que los cuatro asientos que se necesitan son para auxiliares de vuelo de la compañía que deben trasladarse al destino donde trabajan la mañana siguiente. No hay otra opción para la compañía. Una vez más, nadie se ofrece voluntario.
Se procede entonces a elegir a cuatro pasajeros al azar, según vuelve a explicar la voz del altavoz, aunque no especifica cómo. Uno de ellos se niega a abandonar su asiento. Explica a las fuerzas de seguridad del aeropuerto una y otra vez que es doctor y que la mañana siguiente trabaja en el hospital. Si alguien debe abandonar el vuelo, insiste, no puede ser él.
El resultado lo grabó otra pasajera, Audra Bridges. Hizo bien en documentarlo en vídeo, porque si se limitase a contarlo nadie la creería. Los tres hombres uniformados le arrastran de forma degradante por el pasillo, como un saco de patatas. Es mejor simplemente verlo:
En otro vídeo, grabado por el también pasajero Jayse David Anspanch, se aprecia claramente como el hombre sangra por la boca. Presumiblemente a causa de algún golpe de los agentes de la autoridad:
La indignación hierve en las redes sociales. Tanto que la compañía United Airlines, apenas unas horas después de la irrupción se ha visto obligada a lanzar un comunicado en el que confirma que ocurrió todo en uno de sus vuelos, con una salvedad. Se 'lavan las manos' con respecto al procedimiento. Ellos sólo dieron la orden a las fuerzas de seguridad de expulsar al pasajero que, «por otra parte, se mostró agresivo y beligerante con el personal del avión cuando le comunicaron que debía abandonar el mismo». Según la compañía, la responsabilidad sobre la aparatosa expulsión corresponde totalmente a las fuerzas de seguridad del aeropuerto.
Esta declaración obligó, una vez más, a la rápida reacción de las fuerzas de seguridad del aeropuerto que horas más tarde informaban que el agente que forzó al pasajero a levantarse de su asiento con brutalidad, ha sido suspendido de empleo y sueldo.
La práctica anteriormente mencionada de vender más billetes de vuelo de los disponibles, el temido 'overbooking', por parte de las compañías de vuelo también es totalmente legal en España. En este sentido la OCU ha recomendado acudir a una de sus sedes si algún español tiene un problema similar al del vídeo.
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