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f. olmos
Miércoles, 14 de septiembre 2016, 11:11
Hubo un tiempo en que Natalie Suleman era conocida como Nadya Suleman. Su historia está llena de polémica y controversia. La 'Octomom', es decir 'octomamá', ha conseguido sacar adelante a sus 14 hijos totalmente sola y afrontando serias dificultades (no sólo económicas) por el camino. Ahora cuenta su historia en una entrevista al 'Daily Mail' y reconoce que tener a los ocho bebés fue «una decisión egoísta e inmadura por la que me sentí culpable durante muchos años».
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Al principio la noticia era un simple dato curioso. Iba a ser la segunda vez en Estados Unidos en que, producto de la fecundación in vitro, una mujer iba a dar a luz a octillizos. Antes de que se revelaran más datos sobre Natalie la suya era una historia que despertaba ternura. Sin embargo, en cuanto los medios acudieron a hablar con ella el tono de los titulares que protagonizaba cambió drásticamente. Suleman ya tenía 6 hijos y había decidido tener los octillizos pese a estar en paro y estar viviendo gracias a las ayudas estatales. La opinión pública también se le echó encima al descubrir que había estado en el mundo del porno.
Con 14 hijos y sin ingresos, estando en el foco de los medios, llamaron a su puerta para ofrecerle volver a grabar porno
En ese mundo era conocida como Nadya, y lo abandonó porque no era feliz consigo misma a causa de su profesión. Amarna Miller, la popular actriz porno española, dijo en una entrevista reciente que al porno hay que dedicarse porque te gusta. No era el caso de Natalie. Incluso tuvo problemas de adicción con los medicamentos que tenía que tomar para soportar su existencia. Pero, por el bien de sus hijos, decidió que era el momento de levantarse. Abandonó el porno. Sin embargo, pese a que ya tenía seis hijos y ningún ingreso, decidió que quería ser madre otra vez. Recurrió, como las otras veces, a una clínica de fecundación in vitro. Ninguno de los ocho cigotos que implantaron en su útero fue desechado por su organismo (como ocurre en más del 99% de los casos) y ella decidió no abortar. No creía en el aborto.
Ahogada por las deudas y siendo el centro del desprecio mediático y popular, la octomamá estaba desesperada. Era cuestión de tiempo que alguien llamase a su puerta con alguna proposición indecente y así ocurrió. Un productor se presentó en su casa y le explicó que, sea porque te aman o te odian, tener a todo el mundo pendiente de ti puede tener sus ventajas. Le ofreció volver a grabar porno. Por muchísimo más dinero que las otras veces. Desesperada y sin nadie a quién acudir, aceptó.
Ahora puede contar en su entrevista que aquellos dos años transcurridos desde el nacimiento de los bebés hasta que finalmente pudo volver a dejar el porno (esta vez para siempre, asegura) no se los desearía a ningún ser humano. Recayó en sus problemas de adicción y se operó la barriga y el pecho para ser más cotizada como actriz. A finales de 2014 su madre murió de cáncer de ovarios y su padre le aseguró durante el entierro que pensaba «beber hasta matarse». Se mudó con él para evitarlo pero, durante una borrachera su padre sufrió un accidente que le dejó tetrapléjico. Un total de 14 hijos y un padre tetrapléjico serían más que demasiado para cualquiera, pero no para Natalie.
De la noche a la mañana, como alguien que ve la luz tras un mal sueño, Natalie decidió que iba a empezar su nueva vida. Acudió a la clínica psiquíatrica en la que trabajó de enfermera durante una década y solicitó su antiguo empleo. Tras una entrevista le dieron una oportunidad. Y demostró que cualquiera puede volver a empezar con tesón y una meta: sacar a su numerosa familia adelante.
Quien fuera la mujer más odiada del país es ahora un ejemplo de superación. Aunque no un modelo a seguir, claro.
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