Borrar
La dueña muestra a Pinpon a las cámaras
El conejo que se escapaba de madrugada para comer marihuana

El conejo que se escapaba de madrugada para comer marihuana

La divertida historia de Pinpon recorre el mundo mientras la dueña se debe sentir como la madre de cualquier adolescente común

f. olmos

Martes, 9 de agosto 2016, 13:44

Ha ocurrido en Perú, en la provincia de Huara, y el protagonista es un simpático conejo llamado 'Pinpon' con una afición un tanto peculiar...al menos para su especie. Según ha contado su dueña a los medios, el conejo llevaba ya varios días escapándose de casa en horas intempestivas de la madrugada y volviendo pasado un rato con una actitud extraña. «Retornaba como más juguetón» recordaba en unas declaraciones a un diario local.

Así que una madrugada, harta de imaginarse cientos de posibilidades en su cabeza (como que Pinpon tenía novia), decidió seguir a su mascota. Sus pasos le dirigieron a una casa abandonada relativamente cercana a su hogar, en la que encontró a su mascota comiendo de una planta. La mujer examinó la planta y dedujo que era chincho, una especie aromática que crece salvaje y abundante por la costa peruana.

Al día siguiente durante la comida comentó el incidente con su familia, que ató cabos. Alguien tenía una sospecha de qué tipo de planta podría atraer al animal hasta el punto de escaparse de madrugada para comerla y que además justificaría su comportamiento 'jueguetón' al volver a casa. Así que fue a la casa abandonada para confirmar lo que ya sabía. La planta no era chincho, si no cannabis.

El conejo había estado varios días realizando 'escapaditas nocturnas' para consumir marihuana. Pero lo más gracioso de la historia es el final. Ese mismo día alertaron a las fuerzas de seguridad, que incautaron las plantas de marihuana. Esa madrugada Pinpon volvió a escaparse...pero no volvió en un rato. Estuvo buscando la marihuana durante toda la noche, hasta que cansado y sediento volvió a casa a la mañana siguiente, dándose por vencido. Allí su dueña le esperaba con los brazos en jarras, la bata puesta y cara de reproche, como cualquier madre que abre la puerta a su adolescente borracho a las 7 de la mañana de un domingo.

Se desconoce si se plantea recurrir a la ayuda de un profesional en adicciones.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad El conejo que se escapaba de madrugada para comer marihuana