Un bebé «resucita» justo antes de ser incinerado

Un milagro. Así lo han calificado los médicos que dieron por muerto a An An, un bebé de China que nació prematuro el pasado 8 de enero. Este pequeño nació a los 7 meses de gestación en el vientre de su madre, pesó sólo 1,4 kilos. Los médicos aconsejaron que el pequeño pasara al menos un mes en la incubadora, pero sus padres decidieron llevárselo el pasado 31 de enero a casa, para celebrar el Año Nuevo Chino.

A los tres días de estar en casa, An An comenzó a ponerse enfermo y su estado se agravó tanto que sus padres decidieron llevarlo al hospital cuando vieron que el pequeño empeza a palidecer. Después de unos días ingresado, An An murió como consecuencia de una neumonía y un paro cardiorespiratorio. Al menos, eso fue lo que certificaron los médicos.

Sumidos en la más profundas de las tristezas por perder a un hijo, sus padres llevaron a An An a una funeraria para que fuera incinerado. Después de 15 horas en la morgue, a la baja temperatura de la cámara mortuoria, en medio de una sala oscura, An An comenzó a llorar desconsoladamente: había "revivido".

Los trabajadores de la funeraria llevaron al bebé de nuevo al hospital y, en la actualidad, continúa allí en cuidados intesivos. Los médicos califican el caso de An An como un "auténtico milagro".