Un joven se casa con una pizza, porque «el amor por la comida es eterno»

¿Cuántas veces habremos pensado, tras una ruptura, o durante una noche de borrachera que seríamos más felices casándonos con nuestra comida preferida? La respuesta quizá sea «muchas». Aunque volvemos a la realidad cuando se nos pasa la resaca o nos levantamos del sofá. Pero quizá les sorprenda saber que hay alguien que ha cumplido ese deseo: un joven ha contraído matrimonio con una pizza en la ciudad rusa de Tomsk.

La novia, una fina y crujiente pizza italiana, vestía el típico velo blanco, mientras que el novio, un muchacho de 22 años que no ha querido revelar a los medios su identidad, llevaba la mejor de sus camisas limpias. A pesar del atuendo nupcial, el futuro marido no quiso escatimar en muchos gastos, aunque como se ha podido comprobar en las fotos que circulan por la red, no faltó el brindis con el champán.

El joven cuenta que decidió comprometerse con su plato preferido de comida rápida tras haberse aburrido de su vida de soltero. «El amor entre dos humanos es algo salvaje y complicado», dice. En cambio, la pizza «no te rechazará ni te traicionará, y además te hablará con franqueza y sinceridad», explica el novio de este extraño compromiso. «La amo».

La ceremonia tuvo lugar en una pizzería local llamada Make Love, quienes organizaron todo. Los chefs y los gerentes del establecimiento fueron los testigos del enlace, e incluso llegaron a darles un bonito y elegante certificado de matrimonio. Aunque hay que reconocer que no es válido, ya que las autoridades rusas niegan el registro oficial de este enlace, al igual que la Iglesia, que desaprueba a estos 'recién casados'.

«El amor por las personas es impredecible, el amor por la comida es eterno», corrobora el joven desposado, convencido de que la pizza nunca le fallará. De momento, no hay detalles de lo que pudo pasar en la noche de bodas, y los internautas están ansiosos por saber si el novio devoró a su esposa durante el banquete o la noche de bodas. Ya hay quienes han llegado a afirmar que el desayuno tuvo que ser asombroso.