Stryper: «Nos han cerrado la puerta una y otra vez por ser una banda de heavy metal cristiano»
El cuarteto norteamericano ofrecerá en el Rock Imperium de Cartagena su primer concierto en España desde 2018
Desde los orígenes del rock and roll, el género ha sido señalado como música diabólica por las voces más conservadoras. Pero como han demostrado 'sus ... satánicas majestades' los Rolling Stones, Black Sabbath o Led Zeppelin, sería más apropiado decir que han sido los artistas quienes se han apropiado del demonio a su conveniencia, ya sea como símbolo de rebeldía, con ánimo de escandalizar o como simple herramienta de marketing.
Sin embargo, en el mundo del rock no todo son brazos levantados con el signo de los cuernos y camisetas con pentagramas invertidos. También Dios cuenta con fieles predicadores que difunden su santa palabra en los escenarios, guitarra en ristre. Entre ellos se encuentran los hermanos Sweet, que llevan cuatro décadas cantando proclamas como 'Al infierno con el diablo', 'Creo en ti' o 'En Dios confiamos' en las canciones de Stryper, la banda más importante e icónica de heavy metal cristiano.
Este verano, el cuarteto norteamericano volverá a actuar en España tras una larga ausencia. Su regreso se materializará en el festival Rock Imperium de Cartagena, donde Stryper ofrecerá una de las actuaciones destacadas de la jornada del viernes 27 de junio, justo antes de Scorpions. Su reencuentro con el público español servirá para celebrar sus cuatro décadas de carrera, pero también para presentar su reciente nuevo disco 'When We Were Kings', en cuya portada aparecen retratados los integrantes de la banda como apóstoles junto a Jesucristo. Toda una declaración de intenciones. Antes de la cita, LA VERDAD pudo charlar con el cantante y guitarrista Michael Sweet a través de videoconferencia.
-Stryper acaba de celebrar su 40 aniversario, ¿se imaginaba que duraría tanto?
-No, en absoluto. Cuando dejé la banda en 1992 creía que se había acabado. Sentí que el capítulo se había cerrado y pasé página. Quería salvar mi matrimonio, pasar más tiempo con mis hijos y afrontar lo que viniera. Edité mi primer disco en solitario en 1994 y funcionó bastante bien. Me lo pasé muy bien haciendo cosas como solista.
-Su concierto en el festival Rock Imperium será el primero que ofrecerá en España desde 2018.
-Es muy difícil hacer giras hoy en día, dependiendo del nivel en el que estés. Hay bandas que están a un nivel más bajo, pueden viajar con menos gente y necesitan menos dinero para producción y demás. Y, por otro lado, están los cabezas de cartel que ganan 150.000 o 200.000 dólares por cada concierto. Esos pueden permitirse aviones privados, gente que les lleve el equipaje, les transporte el equipamiento, les cepille los dientes… Nosotros estamos en un lugar intermedio. Tenemos cierta cantidad de producción, escogida muy cuidadosamente, y viajamos junto a más de diez personas. Eso cuesta dinero. Muchas veces no recibimos las ofertas o no bastan para que podamos hacer que suceda. Es una cuestión de equilibrio. En Estados Unidos nos va bien, pero resulta mucho más difícil ir al extranjero.
-El último disco de Stryper, 'When We Were Kings', me parece especialmente inspirado. ¿Hubo un esfuerzo especial en esta ocasión o algún cambio a la hora de darle forma?
-Yo compongo todo el material y básicamente me siento en esta misma habitación con un software de batería, una guitarra eléctrica y un amplificador de práctica, y simplemente escribo las canciones, generalmente una al día. La única cosa diferente fue mi mentalidad. Me propuse intentar que las canciones fueran un poco más coreables, como himnos, para que la gente pueda cantar conmigo. Es un poco más ochentero en ese sentido. También intenté pasar de un sonido más oscuro a algo un poco más alegre y ligero. No quiero decir pop, pero sí un poco más de la vieja escuela.
-Creo que combina muy bien el estilo melódico clásico de Stryper en los 80 con la faceta más dura de sus últimos discos.
-Es genial que lo diga porque eso es justo lo que intentamos hacer, combinar el sonido de ambas etapas. Es lo que quieren los viejos fans que llevan 40 años con nosotros, pero al mismo tiempo queremos mantenernos relevantes en 2025. Nos hemos vuelto más 'heavies' con el paso de los años, sonamos más duros que en los 80, y no creo que haya vuelta atrás. Es algo que nos encanta porque crecimos escuchando a Iron Maiden, Judas Priest y Dio. Pero también nos sigue gustando hacer canciones como 'When We Were Kings', que nos devuelven un poco al estilo popular de 'Free' o 'Calling On You'.
-En el disco hay canciones como 'End of Days' o 'Imperfect World' que muestran una gran preocupación sobre el estado del mundo. ¿Siente que todo se ha vuelto más oscuro en los últimos años?
-Creo que vivimos en una época muy volátil. Casi todo el mundo puede conseguir algún tipo de poder militar y solo se necesita una persona para iniciar algo en otro país. No creo que debamos vivir con miedo, pero al mismo tiempo creo que con la tecnología puede pasar cualquier cosa. Además, algunas personas que gobiernan ciertos países, sin dar nombres, no parecen estar del todo bien avenidas. Tienen una mentalidad de dictador o comunista. En mi opinión, eso no es bueno, así que deberíamos prepararnos. Como estadounidense, me alegra oír que estamos haciendo esto o aquello para protegernos de gente que intenta gobernar el mundo o apoderarse de otros países. Esto da para hablar largo y tendido. Vivimos tiempos interesantes y quien no admita eso es porque vive bajo una roca y no está al corriente de lo que está pasando en el mundo.
-Usted ha sido siempre bastante honesto acerca del cambio de registro de su voz con la edad y la decisión de adaptar las canciones de Stryper al rango vocal propio de su madurez, ¿qué opina sobre los cantantes que se destrozan la garganta intentando sonar como cuando tenían 20 años?
-Hace unos años empezamos a afinar medio tono por debajo y esto me ha hecho un poco más fácil alcanzar algunas notas y cantar en ciertos rangos. He conseguido adaptarme y, gracias a Dios, sigo teniendo suficiente capacidad para interpretar las canciones. Generalmente, cuando escucho a alguien intentando cantar con la misma tonalidad de antaño y le cuesta, nunca es bueno. Para ser sincero, es un poco desgarrador oírlo y presenciarlo. Deberían intentar hacérselo un poco más fácil. Si no pueden cantar las canciones al menos a un nivel que les haga justicia quizá sea hora de considerar hacer otra cosa. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Si eres un cantante, ¿cómo puedes hacer otra cosa, especialmente cuando tienes más de 60 años? No hay una respuesta fácil para eso.
-Bruce Dickinson, de Iron Maiden, es un buen ejemplo de cantante que sigue haciendo un buen trabajo a pesar de que su tono se ha vuelto más grueso con la edad.
-Correcto. Su voz ha cambiado mucho, como la de todo el mundo, pero está haciendo un trabajo fantástico encontrando cómo superarlo. Esa es la clave. Creo que yo lo estoy haciendo bastante bien. Tengo mucha suerte de poder seguir haciéndolo, aunque me cuesta. A menudo me pasa, cuando damos tres conciertos seguidos, que el tercero es mucho más complicado. En parte se debe a que no duermo bien. Descansar es muy importante y si solo he podido dormir cinco horas por la noche estaré al 50%. Bruce, que Dios lo bendiga, es uno de los que se han dado cuenta de eso, pero cada vez vemos a más cantantes con dificultades. Dependemos mucho de lo que nos rodea. Puedes despertarte con la voz bien pero si comes la comida equivocada puedes pasarte el resto del día con la voz congestionada. Si vas a un clima seco también te afecta. Creo que los cantantes tenemos el trabajo más difícil. A los baterías les gusta tratar de ponerse esa corona. Mi hermano lo hace, pero después de tocar, por la forma en que respira mientras toca la batería, no puede hablar, así que entonces le digo: «Venga, sal y canta ahora». Si tocas la guitarra o la batería puedes salir a tocar con gripe. Aunque no te sientas bien, puedes hacerlo. Pero no puedes cantar si tienes gripe.
-Las giras son muy exigentes y suelen surgir tensiones entre compañeros, pero usted tiene la dificultad añadida de que uno de ellos es su hermano. ¿Cómo consiguen llevarse bien en la carretera?
-Como líder de la banda soy, en cierto modo, el que lleva el timón. Yo y mi esposa, que es co-manager, tenemos mucha más responsabilidad. Ella viaja con nosotros supervisándolo todo y a todos. Las únicas veces en que nos podemos poner un poco tensos es cuando intentamos llegar a algún sitio a tiempo o al reunirnos todos. Pero en general nos llevamos bien, seguimos saliendo juntos, divirtiéndonos y disfrutando.
-No es habitual encontrar bandas que hablen abiertamente sobre Dios. ¿Por qué Satán tiene mejor reputación en el mundo del rock?
-Si Dios es importante en tu vida y parte de quién eres, ¿por qué deberías tener miedo de hablar sobre ello? No lo puedo entender porque yo soy todo lo contrario. Soy un tipo que se subiría a un escenario frente a 10.000 personas y hablaría de Dios aunque le odien, no tengo ningún problema con eso. Pero, al mismo tiempo, creo que la gente cada vez tiene más miedo de hablar de Dios porque muchas veces es perseguida o ridiculizada por sus creencias. Internet ha contribuido a ello. Se les echan encima por decir qué les gusta, a quién apoyan o quiénes son. Es muy triste.
-Stryper ha compartido cartel con bandas anticristianas. Sin ir más lejos, en el Rock Imperium también estará King Diamond, vinculado a la Iglesia de Satán de Anton LaVey. ¿No les supone un problema?
-A lo largo de los años hemos tocado junto a muchísimas bandas: cristianas, no cristianas, satánicas… De todo. Lo vemos como una oportunidad. A veces cuando llegamos a un festival nos preguntamos: «¿Cómo va a salir esto? ¿Nos abuchearán y nos darán una paliza?». Hemos pasado por situaciones muy aterradoras, pero al final siempre sale bien. Subimos ahí, tocamos nuestra música y el público termina apreciándonos y respetándonos.
-¿Cree que ser una banda de heavy metal abiertamente cristiana le ha hecho más difícil a Stryper conseguir el éxito comercial?
-Sí, claro. Hemos tenido grandes oportunidades por lo que cantamos y lo que representamos, pero también nos han cerrado la puerta una y otra vez por ello. Hemos escuchado muchas veces cosas como: «Ah, ¿esa banda cristiana? No queremos que toquen con nosotros». Podríamos retroceder en el tiempo y dejar atrás lo de Dios y quizá habríamos alcanzado un nivel más alto, podríamos haber llegado a ser una banda que toque en estadios, ¿quién sabe? Pero no lo cambiaríamos por nada del mundo. Estamos muy orgullosos de habernos mantenido firmes y de seguir siendo quienes somos, y no nos desviaremos de eso en absoluto.
-Su compañero Oz Fox, segundo guitarrista de Stryper, ha tenido que hacer frente a un complicado proceso de recuperación tras detectarle dos tumores cerebrales, ¿cómo se encuentra?
-Le ha ido genial. Salimos de gira el año pasado y todo salió bien. Todos hemos tenido complicaciones y seguimos aquí. Mi hermano y Perry -bajista- han tenido problemas de salud, nada grave. Yo he tenido problemas con la vista y un cáncer de tiroides. Superamos las dificultades y seguimos adelante.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.