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JOSÉ MANUEL LÓPEZ NICOLÁS
Lunes, 23 de enero 2017, 23:20
Hace poco tiempo los gimnasios eran lugares donde solo se iba a hacer deporte. Hoy muchos se han convertido en tiendas especializadas en la distribución de suplementos enriquecidos en diferentes moléculas. Me refiero a sustancias que se añaden a bebidas, barritas energéticas, viales, botes de comprimidos, cápsulas, jarabes, etc. Según su publicidad, estos productos ayudan al deportista a mejorar tanto la eficiencia como la capacidad de rendimiento, a reducir el proceso de recuperación del ejercicio, a mejorar su figura, etc. Veamos cuáles lo cumplen y cuáles no.
Una de las moléculas más de moda es la L-Carnitina, una amina cuaternaria sintetizada en el hígado, los riñones y el cerebro a partir de dos aminoácidos esenciales, la lisina y la metionina. Hay que recordar que los aminoácidos son moléculas que forman el esqueleto de las proteínas y las aminas son compuestos químicos orgánicos que se consideran derivados del amoníaco. Tras analizar minuciosamente los informes aportados por las distintas casas que comercializan L-Carnitina, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha rechazado que la amina cuaternaria ayude a una recuperación más rápida de la fatiga muscular después del ejercicio, o a reparar el tejido muscular esquelético, o a aumentar la capacidad de resistencia, o a mantener normal la concentración de colesterol LDL en la sangre. Tampoco contribuye a la espermatogénesis normal... ni a nada.
Uno de los golpes más fuertes ha sido el proporcionado por la UE a los famosos hidrolizados de caseína (fosfoproteína presente en la leche y en algunos de sus derivados), uno de los productos dietéticos que más cuota de mercado tienen actualmente entre los culturistas. Debido al gran valor biológico de la caseína, muchas empresas la comercializan en forma de hidrolizada para aumentar la rapidez de absorción de sus aminoácidos y acelerar lo antes posible la síntesis proteica. El panel de expertos de la UE ha hecho público que estos productos no ayudan ni en el crecimiento ni el mantenimiento de la masa muscular, ni al aumento de la capacidad de resistencia ni aceleran la recuperación de la fatiga muscular después del ejercicio... y, por supuesto, no se permite que se comercialice ningún producto en cuya publicidad se haga alguna alusión a estos 'supuestos' beneficios.
Tampoco han salido bien parados de las evaluaciones de la UE los suplementos de muchos aminoácidos. Un ejemplo es L-Glutamina, un aminoácido biosintetizado por el hígado y los pulmones y que es utilizado desde hace tiempo como suplemento dietético para que los músculos ejercitados no bajen de volumen. Tradicionalmente este compuesto ha sido empleado por deportistas de musculación para 'llenar sus depósitos', ya que el esfuerzo anaeróbico desgasta las reservas naturales de glutamina en los músculos. Pues bien, tras evaluar una gran cantidad de estudios presentados por las compañías que comercializan la L-Glutamina como suplemento dietético para deportistas, la UE ha dictaminado que este aminoácido no solamente no beneficia al músculo, tampoco favorece la mejora de una amplia gama de habilidades cognitivas, intestinales, condiciones inmunológicas y energéticas.
Otro aminoácido importante es la tirosina, uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas y clasificado como no esencial en los mamíferos ya que su síntesis se produce a partir de la hidroxilación de otro aminoácido, la fenilalanina. En su forma L, la tirosina ha sido recomendada no solamente para incrementar el rendimiento deportivo sino también para tratamientos depresivos, dietéticos, párkinson, albinismo y otras patologías. Sin embargo, este aminoácido no ha evidenciado ningún efecto cuando se ha añadido a suplementos.
Tampoco la famosa ribosa, ese monosacárido de cinco átomos de carbono de gran importancia para los seres vivos al ser componente de moléculas tan importantes como el ácido ribonucleico, nucleótidos y ATP (la molécula energética por excelencia), se ha librado de la quema. Aunque hay estudios que dicen demostrar que los suplementos de ribosa aumentan los niveles de ATP e incrementan el rendimiento físico, eso no es correcto. Tampoco promueve una recuperación más rápida de la fatiga muscular después del ejercicio.
A pesar de lo expuesto, sí que existen productos con moléculas químicas en su composición que han demostrado su eficacia para mejorar la práctica deportiva.
Un ejemplo son algunas bebidas a base de hidratos de carbono y electrolitos que «mejoran la absorción de agua durante el ejercicio físico» y «pueden contribuir al mantenimiento del rendimiento prolongado durante ejercicios de larga duración». Los expertos advierten de que solamente está demostrada la eficacia de aquellas bebidas que: I) contengan de 8 a 35 kcal por 100 ml procedentes de hidratos de carbono; II) el 75% de la energía debe proceder de hidratos de carbono de alto índice glucémico; III) proporcionen entre 46 y 115 mg de sodio por 100 ml, y IV) tengan una osmolalidad (una forma de medir la concentración de un compuesto) comprendida entre 200 y 330 mOsm/kg agua.
Una molécula que sí ha demostrado eficacia es la creatina, un ácido orgánico nitrogenado que se encuentra en los músculos y células nerviosas de algunos organismos vivos. Es un derivado de los aminoácidos muy parecido a ellos en cuanto a su estructura molecular. Se sintetiza de forma natural en el hígado, el páncreas y en los riñones a partir de aminoácidos como la arginina, la glicina y la metionina a razón de un gramo de creatina por día. Pues bien, hay evidencias científicas de la utilidad de la creatina para «aumentar el rendimiento físico durante el ejercicio repetido breve y de alta intensidad», pero no para el aumento de la resistencia. También puede aumentar, en determinadas condiciones, el efecto del entrenamiento de resistencia sobre la fuerza muscular en los adultos mayores de 55 años. Eso sí, hay que dejar claro que los beneficios de la suplementación en la fuerza medida son pequeños y que la carne roja y el pescado azul son también buenas fuentes de creatina.
Estimados lectores, tras todo lo que hoy les he contado, ¿de verdad creen que para estar en forma o mejorar el rendimiento físico es necesario gastarse el dinero en este tipo de complementos?
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